La ciberdelincuencia no detiene su crecimiento y ya se transformó en una de las industrias delictivas más rentables del mundo. Según The New York Times, las pérdidas generadas por esta nueva amenaza durante 2017 superaron en un 30% a las registradas en 2014. Todo un indicio. Para confirmar esto, el Departamento del Tesoro determinó que el accionar de ciberdelincuentes es una de los mayores riesgos del sistema financiero estadounidense.

En este contexto, los bancos están se están preparando para dar batalla. Es así que soldados y oficiales de contrainteligencia, antes un tanto relegados, ocupan ahora los principales puestos en sus equipos de seguridad. Y por supuesto, emplean las viejas estrategias utilizadas para la defensa “convencional”, como por ejemplo centros de inteligencia modelados en el trabajo antiterrorista y analistas de amenazas que hacen un seguimiento permanente de lo que sucede en Internet.

Fuente: The New York Times.