- ¿Cómo te ha ayudado un fracaso, o lo que te pareció un fracaso, para triunfar luego? ¿Tenes algún «fracaso favorito»?
A lo largo de mi carrera profesional, he acumulado incontables fracasos, pero el más memorable fue en mi primera posición de liderazgo. Después de más de cuatro años en una compañía, construí lazos con mi equipo que trascendían lo laboral. La sensación de tener un equipo sólido a tu lado te hace sentir invulnerable, casi bulletproof.
Cuando decidí dejar la empresa, muchos quisieron acompañarme en mi nuevo desafío, y acepté. En ese momento, lo vi como una validación de mi liderazgo. Sin embargo, con el tiempo, entendí algo clave: un buen líder no es aquel a quien su equipo sigue incondicionalmente, sino aquel que construye un equipo capaz de trascender dentro de la organización, con o sin su presencia.
Ese aprendizaje cambió por completo mi forma de liderar. Ahora mi enfoque está en desarrollar equipos autónomos y resilientes, capaces de generar impacto sostenible más allá de cualquier figura individual.
- ¿Cuál ha sido la mejor inversión o la más rentable que has hecho en tu vida?
La mejor inversión que hice en mi vida fue aprender a aprender.
El conocimiento que uno acumula con el tiempo sirve para construir experiencia, pero lo que realmente marca la diferencia es desarrollar metodologías efectivas para acelerar la curva de aprendizaje. Saber cómo aprender impacta en todo: optimiza el tiempo, reduce sacrificios innecesarios y permite absorber información de manera más eficiente.
Parte de esa inversión también ha sido compartir mi camino con otras personas apasionadas por la seguridad. Al enseñar, guiar y acompañar a otros, descubrí algo invaluable: terminé aprendiendo más de lo que enseñé. La retroalimentación, las diferentes perspectivas y el intercambio de ideas hicieron que mi crecimiento fuera exponencial.
Hoy, sigo apostando por esta inversión, porque es la única que garantiza rendimientos ilimitados.
- ¿Qué malas recomendaciones oyes en tu profesión o especialidad?
En seguridad ofensiva y liderazgo en ciberseguridad, he escuchado muchas malas
recomendaciones, pero hay dos que se repiten con frecuencia:
1️⃣»Para ser bueno en hacking, solo necesitas saber explotar vulnerabilidades»
Este consejo está completamente equivocado. La seguridad ofensiva no se trata solo
de encontrar exploits o hacer pruebas automáticas con herramientas. Un profesional
realmente valioso entiende sistemas, redes, arquitectura y, sobre todo, cómo piensan
los defensores. Sin esa visión completa, un pentester o red teamer se convierte en
alguien que solo sigue checklists.
✅ Lo correcto: Enfocarse en comprender a profundidad cómo funcionan las
tecnologías y no solo en explotarlas. Saber construir es tan importante como saber
romper.
2️⃣»Un líder en ciberseguridad debe ser el más técnico del equipo»
Este es un error común. Si bien es clave tener conocimientos técnicos, el liderazgo en
seguridad no se trata de ser el mejor hacker del equipo, sino de saber tomar
decisiones estratégicas, gestionar riesgos y construir equipos sólidos. Un líder que
quiere abarcar todo lo técnico sin delegar termina siendo un cuello de botella.
✅ Lo correcto: Un buen líder en ciberseguridad debe saber traducir riesgos técnicos
en impacto para el negocio, empoderar a su equipo y asegurarse de que cada miembro
pueda brillar en su especialidad.
- ¿Qué consejo le darías a una persona que quiere adentrarse en el mundo de la ciberseguridad?
Si alguien quiere adentrarse en ciberseguridad, lo primero que le diría es que tenga paciencia y curiosidad infinita. Este no es un campo donde uno aprende todo en un curso o en unos meses. La clave es disfrutar el proceso de resolver problemas y no frustrarse cuando algo no sale a la primera.
Desde el punto de vista técnico, recomendaría empezar por lo fundamental: sistemas operativos, redes y scripting. Antes de meterse de lleno en hacking o herramientas avanzadas, es esencial entender cómo funcionan las tecnologías que queremos proteger o atacar. Aprender a automatizar con Python o Bash, conocer TCP/IP en profundidad y dominar Linux y Windows es una ventaja enorme.
Por último, rodearse de personas que compartan la misma pasión hace toda la diferencia. Entrar en comunidades, contribuir en proyectos open-source, ir aconferencias o simplemente compartir conocimiento con otros acelera el crecimiento de forma brutal. Aprendí mucho más intercambiando ideas con otros que de cualquier curso.
La ciberseguridad es un mundo enorme, pero si uno se enfoca en aprender bien las bases, se rodea de la comunidad correcta y nunca deja de experimentar, el crecimiento es inevitable.
- Cuando te sientes agobiado o perdido, o notas que te has desconcentrado, ¿qué haces?
Cuando me siento agobiado, perdido o desconcentrado, recurro a lo técnico. Me enfoco en tareas que puedo ejecutar casi por reflejo, donde la memoria muscular toma el control, como programar o resolver problemas técnicos.
Esto me ayuda a reenfocarme y producir al mismo tiempo. Son pequeñas victorias momentáneas, efímeras, pero que, sumadas, me van devolviendo la claridad mental y la sensación de control. Poco a poco, esto me lleva de vuelta a lo que realmente importa: mi rol y mi responsabilidad.
Con el tiempo, entendí que la clave no es evitar la desconcentración, sino tener estrategias para recuperar el rumbo cuando inevitablemente sucede. Y para mí, ese ancla siempre ha sido lo técnico.
- ¿Podrías compartir tu experiencia respecto a aprender a decir «NO»? ¿Cómo lograste incorporar esta habilidad en tu vida, te resultó difícil al principio? Y en caso de haberlo logrado, ¿cómo has notado que ha cambiado tu vida desde entonces?
Si bien aprendí a decir «no», lo más importante fue aprender a hacer las preguntas correctas para no caer en decisiones apresuradas, impulsadas por la urgencia de quienes buscan ayuda en seguridad. En lugar de rechazar propuestas de inmediato, utilizo un enfoque divergente y desafiante, tratando de entender cómo lo que se quiere impulsar genera impacto real en la organización.
En seguridad, estamos acostumbrados a ser vistos como el equipo del «NO». Pero el verdadero valor de un equipo de seguridad no está en bloquear, sino en buscar alternativas viables, entendiendo desde la empatía las necesidades de los usuarios internos.
Y lo más interesante es que, cuando trabajas con este enfoque, con el tiempo se da un fenómeno clave: al decir menos «NOs» y construir desde el «cómo sí», cuando finalmente seguridad dice que algo NO puede/debe hacerse, no hay discusión ni duda alguna. La credibilidad y la confianza ya están establecidas.
- ¿Cuál es la mejor compra que has hecho últimamente?
Definitivamente, la mejor compra que he hecho últimamente ha sido mi GR Yaris Four.
Pero no lo veo como un objeto material, sino como una parte de mí. Más que un auto, representa un sueño que siempre tuve: correr en pista y adentrarme en el mundo del automovilismo. Me abrió la puerta a un hobby que durante años parecía lejano, pero que hoy es una realidad. Cada vez que lo manejo en circuito, es un recordatorio de que los sueños pueden convertirse en objetivos alcanzables con esfuerzo y dedicación.
Y lo mejor es que esto es solo el comienzo. La meta final es llevarlo a una pista de rally y seguir explorando hasta dónde puedo llegar en este camino.
- En los últimos cinco años, ¿qué nueva creencia, comportamiento o hábito ha mejorado más tu vida?
En los últimos cinco años, no hice cambios radicales en mis hábitos personales. Logré dedicarle más tiempo a la familia, pero no tanto como me gustaría. Tampoco prioricé mi salud como debería. Sin embargo, el mayor aprendizaje que tuve no fue sobre mí, sino sobre el impacto de mi liderazgo en los demás.
Me di cuenta de que, dentro de la cultura de una organización, cada líder es un agente de cambio, para bien o para mal. Siempre creí que mi exigencia y disciplina eran cualidades positivas, pero terminé entendiendo que también generaban una carga sobre el equipo. Sin quererlo, mi propio nivel de dedicación y ritmo de trabajo se tomaban como referencia, y eso reforzaba la falta de equilibrio entre vida y trabajo.
Este aprendizaje me hizo replantear mi forma de liderar. No se trata solo de pedir resultados, sino de entender cómo las expectativas que proyectas afectan a quienes te rodean. La cultura no se define con discursos, sino con acciones. Y si quiero un equipo que rinda a largo plazo, debo liderar con el ejemplo, equilibrando exigencia con sostenibilidad.
- ¿Qué compra de cien dólares o menos ha influido más positivamente en tu vida en los últimos seis meses (o que recuerdes recientemente)?
Un vaso stanley. Gracias a esta compra deje de tomar 2lts de coca-cola zero todos los dias, y ahora solo tomo 2 vasos al día en el mejor de los casos.
- ¿Qué libro (o libros) has regalado más y por qué? ¿O cuál es el libro, o los dos o tres libros, que más han influenciado más en tu vida?
Los libros que más he regalado y que han marcado mi vida son:
1️⃣»Las enseñanzas de Don Juan» – Carlos Castaneda
Este libro me impactó porque rompe con la forma tradicional de entender la realidad y el conocimiento. A través de la relación maestro-discípulo, muestra que la percepción del mundo es moldeable y que el aprendizaje no siempre sigue caminos convencionales. Me enseñó a cuestionar lo establecido y a explorar nuevas formas de interpretar la vida.
2️⃣»El lobo estepario» – Hermann Hesse
Este libro me marcó porque habla del conflicto interno entre la racionalidad y los instintos, entre lo que somos y lo que el mundo espera de nosotros. La lucha del protagonista con su propia identidad y su aislamiento me hizo reflexionar sobre la autenticidad, el crecimiento personal y la necesidad de encontrar equilibrio entre lo salvaje y lo estructurado en la vida.
3️⃣»Así habló Zaratustra» – Friedrich Nietzsche
Uno de los libros más transformadores que he leído. La idea del «superhombre» y el llamado a trascender las limitaciones impuestas por la sociedad resonaron profundamente conmigo. Me enseñó a ver la vida como una obra en constante evolución y a tomar responsabilidad absoluta por mi propio desarrollo y crecimiento.
Cada uno de estos libros, a su manera, me ayudó a cuestionar, reflexionar y evolucionar. Por eso los regalo y los recomiendo: porque no solo te entregan ideas, sino que te desafían a ver el mundo de otra manera.