- ¿Cómo te ha ayudado un fracaso, o lo que te pareció un fracaso, para triunfar luego? ¿Tenes algún «fracaso favorito»?
Siempre me fue bien en la universidad, ¡con la carrera de derecho bajo el brazo y lista para conquistar el mundo! A pesar de que muchos decían que era una carrera difícil, a mí me encantaba estudiar y se me hizo fácil. Siempre soñé con ser historiadora, pero mi mamá, siendo profesora, me advirtió que sería pobre.
Sin embargo, el día de mi examen de grado, la vida me dio una lección inesperada: reprobé. ¡Y justo en uno de los días más importantes de mi vida! En ese momento, no sabía cómo manejar el fracaso y me dejó replanteándome mi futuro. Nunca ejercí la (la única causa que llevé fue de mi papá y ni esa pude ganar). Pero ese primer tropiezo me enseñó a buscar mi camino, me hizo más fuerte. Aprendí que soy la protagonista de mi historia y que cada página que escribo puede ser increíble. Hoy, estoy inmensamente feliz con lo que hago y esa es la verdadera victoria.
- ¿Cuál ha sido la mejor inversión o la más rentable que has hecho en tu vida?
Sin duda, la mejor inversión ha sido dedicarme a la ciberseguridad y hacer la transición del sector público al privado ¡ja ja ja!.
Pero, en serio, creo que la mayor inversión ha sido en la educación de mis hijas. Les he dado la oportunidad de explorar el mundo y recibir una buena educación. Quiero que crezcan con la idea de que, al igual que yo, pueden lograr lo que se propongan. Les enseño que el camino puede ser complicado, pero la clave está en el esfuerzo y la perseverancia. Y espero, cuando sea mayor, poder decir que esta inversión me dio frutos (y que me paguen la peluquería, remedios o las visitas al doctor también, ¡ja!). Así que esta historia sigue en evolución, y yo estoy disfrutando cada capítulo
- ¿Qué malas recomendaciones oyes en tu profesión o especialidad?
Más que escuchar malas recomendaciones, lo que me encuentro son un montón de prejuicios. Por ejemplo, hay quienes piensan que las mujeres son buenas solo para gestionar, pero que no podemos ser técnicas. ¡Claro que sí, por favor! Y ni hablemos de la confusión común entre ser hacker y ciberdelincuente. ¡Son mundos totalmente diferentes! Además, hay quien piensa que para ser bueno en esto, tienes que ser un “niño rata” (esa categoría que ya quedó en el pasado). En fin, ¡la ciberseguridad es un espacio para todos, y me encanta ser parte de este mundo diverso
- ¿Qué consejo le darías a una persona que quiere adentrarse en el mundo de la ciberseguridad?
¡Que se atreva a dar el salto, sin pensarlo dos veces! Este mundo es emocionante y, aunque la preparación puede ser un poco complicada, como en todo, vale la pena. Yo llegué al Ministerio del Interior sin tener ni idea de qué era la ciberseguridad y terminé ocupando el puesto más técnico del área. La primera vez que di una charla, me desmayé en el escenario durante un congreso de la PDI. ¡Eran los nervios a mil! Pero al mirar hacia atrás, me doy cuenta de todo el trabajo, la capacitación y el apoyo de los diferentes equipos que he liderado, mis compañeros, amigos e instituciones me ayudaron a llegar donde estoy. Y sí, si tuviera que reinventarme cerca de los 40, lo haría sin dudarlo. ¡Nunca es tarde!.
- Cuando te sientes agobiado o perdido, o notas que te has desconcentrado, ¿qué haces?
No suele pasar muy a menudo, y creo que se debe a mi personalidad. Pero cuando necesito desconectar, me escapo a la casa de mis papás en Licancheu. Allí me siento hija, mi mamá me mima con mis platos favoritos y disfruto de un buen vino chileno y largas conversaciones con mi papá. También me encanta ver películas de Navidad o de amor con mis hijas, mientras nuestra perrita intenta acaparar toda la atención. ¡Y una copita de espumante y una buena charla con mi mejor amiga siempre hacen la diferencia! Ella tiene una forma de levantarme que es simplemente mágica.
- ¿Podrías compartir tu experiencia respecto a aprender a decir «NO»? ¿Cómo lograste incorporar esta habilidad en tu vida, te resultó difícil al principio? Y en caso de haberlo logrado, ¿cómo has notado que ha cambiado tu vida desde entonces?
¡Wooow, qué pregunta! Aprender a decir «NO» ha sido toda una aventura, como si estuviera en una rehabilitación permanente. Todo empezó hace unos años cuando me di cuenta de que tenía que hacer algo al respecto. Me uní a la comunidad de mujeres del futuro, donde conocí a muchas mujeres increíbles que también querían ser “superwoman”, pero la realidad es que hay que ser “smartwomen”. Fue un proceso maravilloso donde me quedó grabada la frase: «no pasa nada». Por ejemplo, si no contesto el teléfono porque estoy disfrutando de una cena con mis hijas, ¡no pasa nada! Y si digo que no, porque quiero más tiempo para mí,»no pasa nada»
Al principio fue muy difícil, ¡y la verdad es que sigue siéndolo! Pero dedicarme tiempo es fundamental. Aprender a decir «NO» me ha permitido enfocarme en lo que realmente importa y construir una vida más equilibrada y plena. Así que sigo avanzando, un día a la vez, con el compromiso de ser mi propia prioridad. ¡Y eso se siente!
- ¿Cuál es la mejor compra que has hecho últimamente?
La mejor compra para mi siempre son los pasajes de avión. Timbrar el pasaporte de tu vida con esos sellos es una experiencia única; es conocer lugares nuevos, vivir aventuras y crear recuerdos inolvidables. Y, por supuesto, cuando esos viajes son con amigas, hijas, familia o amores, la experiencia se vuelve aún más especial. No hay nada como generar esos recuerdos.
- En los últimos cinco años, ¿qué nueva creencia, comportamiento o hábito ha mejorado más tu vida?
En septiembre, que en Chile es la temporada en que se instalan los circos, decidí llevar a mis hijas a ver uno. Solo había ido una vez de niña a un espectáculo de patinaje sobre hielo, así que me sentía un poco nostálgica. Este año fue especial porque, al ir con mis hijas, pude sentirme como una niña nuevamente. Redescubrí esa impresión de asombro y alegría que a veces perdemos al hacernos adultos. Me sorprendí, me reí, disfruté de cada acto, y al salir, pensé que esos fueron los mejores 40 dólares que he gastado en mucho tiempo.
- ¿Qué libro (o libros) has regalado más y por qué? ¿O cuál es el libro, o los dos o tres libros, que más han influenciado más en tu vida?
La verdad es que, aunque me encanta leer, no soy buena para regalar libros, salvo a mi mamá, que siempre pide los que le gustan. Sin embargo, hay algunos libros que me han impactado profundamente a lo largo de mi vida. Desde pequeña, aprendí sobre nobleza y honor con «El Cantar de mio Cid», con «Don Quijote de la Mancha», descubrí que nunca debemos perder la capacidad de soñar y perseguir esos sueños, ¡aunque parezcan locos!. También he aprendido sobre estrategia, gestión y política con «El Príncipe» de Maquiavelo y «El Arte de la Guerra». Todos estos son libros que releo al menos una vez al año porque siempre encuentran un enfoque nuevo que me inspira. Y no puedo dejar de mencionar «Orgullo y prejuicio» de Jane Austen, que me mostró el amor, la pasión y la fuerza femenina, influyendo en mis propias expectativas sobre el amor (¡que romántica!).