La empresa líder en producción de drones, DJI, habría cometido un error en el desarrollo de la aplicación que controla los parámetros de los artefactos, y dicho defecto podría ser explotado por hackers al punto de permitirles alterar los parámetros básicos de funcionamiento.
Este gap en el diseño de la aplicación habilita a hackers a remover las restricciones de altura que los aparatos pueden alcanzar e incluso a violar las zonas con prohibición de volar (no-fly zones). Ambas situaciones permitirían trascender los límites que la legislación vigente en Europa establece.
Si bien la empresa productora fue alertada en reiteradas ocasiones sobre la situación, al momento no tomaron medida alguna para evitarla.
Leer más: The Register.