Hace unos días, mientras desayunaba, me encontré con una noticia que me dejó pensando: Worldcoin, esa empresa tech que promete revolucionar nuestra identidad digital, está desplegando una campaña de washing en Argentina. Y no puedo evitar sentir una mezcla de fascinación y recelo.
¿Quién no se sentiría atraído por la idea de obtener dinero digital a cambio de un simple escaneo del iris? Suena a ciencia ficción, a futuro brillante. Pero mientras más lo pienso, más incómodo me siento.
No soy ajeno a la tecnología. Me encanta cómo facilita nuestras vidas, cómo nos conecta. Pero Worldcoin despierta mis alarmas. Hay algo en su propuesta que no termina de cerrar. Y es que, cuando algo parece demasiado bueno para ser verdad, generalmente hay gato encerrado. Esta oferta de dinero fácil a cambio de un simple escaneo del iris suena demasiado tentadora como para no levantar sospechas.
Me preocupa nuestra privacidad. En un mundo donde nuestros datos ya están en tantas manos, ¿realmente queremos entregar algo tan personal como nuestros datos biométricos? No es paranoia; es precaución. De hecho, en agosto de 2023, presenté una denuncia ante la Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP) por posibles infracciones de Worldcoin a la ley de protección de datos personales. Esta acción llevó a que se abriera una investigación formal sobre las prácticas de la empresa.
Y luego está esa campaña de marketing que supuestamente van a desplegar y de la cual pude conocer a través de tuits. Influencers, periodistas, todos hablando maravillas de esta compañía. Me acuerdo de esas viejas publicidades de cigarrillos donde los médicos recomendaban fumar. ¿Cuántos de ellos realmente entienden las implicaciones de lo que están promocionando? Sabiendo que el tratamiento de datos está siendo cuestionado por el regulador, ¿no serían cómplices en un punto?
No les voy a mentir, un poco decepcionado me siento al ver cómo algunos colegas y figuras públicas se suman a esta campaña sin aparentemente cuestionarse nada. ¿Es que el brillo del dinero fácil nos ciega tanto?
Miro a mi alrededor, a mi barrio, a mi ciudad, y pienso en cómo hemos sobrevivido crisis tras crisis. Lo hemos hecho con mucha habilidad, con ese instinto que nos dice cuándo algo no cierra. ¿Por qué abandonar esa sabiduría ahora?
No estoy diciendo que Worldcoin sea necesariamente el malo de la película o que sus intenciones no sean buenas. Considero fundamental que mantengamos una actitud crítica y escéptica. Es crucial que analicemos a fondo sus propuestas, evitando dejarnos seducir por promesas deslumbrantes o soluciones aparentemente perfectas.
Al final del día, nuestros datos, nuestra privacidad, son más valiosos que cualquier moneda digital. Y una vez que los entregamos, es muy difícil recuperarlos.
Para concluir, queridos amigos, abordemos las propuestas de Worldcoin con una mirada crítica y bien informada antes de formar una opinión definitiva.
Y vos, ¿qué pensás? ¿Vale la pena el riesgo?